lunes, 24 de marzo de 2008

el tiempo pasa y sin embargo...

Esta parece ser la época donde reflexionar con cierto humor provoca la comparación fácil con las temerarias y estilosas neoyorkinas -chicas que nos caen bien, por cierto, pero que, en definitiva, esperan príncipes azules-.

Plantando cara al riesgo de ser etiquetadas y en franca resistencia al encasillamiento, en un café -a la vez reunidas y extraviadas-, nos preguntamos qué hacer cuando no sabemos qué y cómo hacer. Claro, sin tacones y en la calle donde los toros corren y no llevan un Prada para la ocasión.

Mujer maravilla, femme fatal, colega entrañable, “yo, la peor de todas”, romántica, sexy, neurótica miserable…

Todas formas que revelan que no hay un único modo, sino una multiplicidad fácil de enumerar y difícil de describir. Mucho menos sabemos cuál elegir -o con cuál acertar- para satisfacer esa inevitable necesidad de relacionarnos con un otro.

Y, entonces -como si el tiempo no hubiera pasado desde aquélla época de la vida donde esperanzadas creíamos que el futuro aguardaba con “la respuesta”-, retorna a
nosotras la vieja disyuntiva: ¿Mafaldas o Susanitas?

martes, 11 de marzo de 2008

50+50 = rómanticas




La cultura metroimedio se define por su cualidad romántica.

El aire se comporta limitado cuando el aroma de la primavera vuelve cada mayo a nuestros días. Estas chicas anacrónicas sostienen el valor del suspiro y la lágrima.

No renunciamos a esa canción o frase ridícula que nos conmueve y tampoco a las historias de amor bien contadas o mal vividas.

Resistimos guardando en los recuerdos los actos románticos que acumulamos en un sin fin de momentos vividos con la sola premisa de no traicionarnos.

Somos militantes de las palabras del poeta “Es, ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo”.

Quién es el primero en alistarse en nuestras filas?....

PD: Dedicamos este repertorio de frases a los coleccionistas de teléfonos, que deambulan por las noches y nos invitan al insomnio y a la espera sin fin:

“Prefiero discutir contigo que hacer el amor con otra”
“no hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo…”
“por ti contaría la arena del mar, por ti yo sería capaz de matar…”
“ te prefiero compartida, antes que cambiar mi vida”
“…tengo que amarte amor/tengo que amarte/aunque esta herida duela como dos…”
“…dime que diablos hago, por qué te necesito…”
“No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.”
“Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.”
“Estoy tratando de decirte que me desespero de esperarte, que no salgo a buscarte porque se que corro el riesgo de encontrarte…”